05 de febrero 2014, fecha que jamás olvidaré. Debía traerte al mundo sin vida. Fue una mañana llena de dolor, un dolor físico que debía traer felicidad y trajo tristeza, un dolor emocional que jamás imagine. Pasaban los minutos y las contracciones se hacían más intensas sin tiempo entre una y otra, me dolía el cuerpo y se moría mi corazón. Ya no se si fueron una o dos horas de dolor intenso, solo se que llegaste a las 12:30 pm, que te vi chiquito, rojito, hinchadito, con ojos achinaditos, pero sin vida. No pude sostenerte, no pude tocarte, te llevaron tan rápido de mi lado.
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Huellas de tus piecitos |
Pasamos la primera noche sin ti, tu papa y yo. Tristes. Solos. Con sentimientos encontrados. Al día siguiente me di cuenta que mi vida ya no sería la misma jamás. Tú llegaste a ella para hacer la diferencia, para marcar un antes y un después. Solo me quedaron los recuerdos, tus huellitas de los pies borrosas (que no supieron tomar), dos senos enormes y llenos, dos brazos vacíos y un corazón hecho pedazos.
Paso un día más, dos días, semanas, el primer mes; el tiempo no para, así como tampoco para mi dolor, así como tampoco parara mi amor; vivo pensándote, vivo extrañándote, vivo amándote cada día y así lo será por el resto de mi vida... hasta que Dios nos reúna de nuevo y allí no te soltaré nunca más.
Sólo puedo mandarte un abrazo enorme lleno de cariño. Me has emocionado.
ResponderEliminarEs muy bien recibido el abrazo preciosa.. Besos a tu hermosa manada :)
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