Comienzo plasmando las definiciones que más se relacionan
con lo que quiero expresar; y con las que más me identifico indudablemente.
TEMPLE:
.- Carácter o estado de animo de una persona
.- Capacidad de una persona para afrontar con serenidad
situaciones adversas, difíciles y/o peligrosas.
Es mucho más fácil escribirlo que ejecutarlo, y eso ya lo
había confirmado años atrás cuando no tenía ni la más remota idea de lo que
sería ser madre. Aún en mi caso; una maternidad diferente este hecho hizo que
mi temple se multiplicará por n veces sin siquiera darme cuenta.
Cuando la maternidad llega viene con un compendio de cosas
por descubrir en una misma como persona, como mujer, pero sobretodo como madre.
Sin lugar a dudas el TEMPLE es una de estas cosas.
Entonces, si el TEMPLE es la capacidad de afrontar
situaciones difíciles; Creo estoy segura que las madres estamos llenas de él.
Una madre tiene TEMPLE para soportar el dolor de parir y
exigir que su parto sea una de las experiencias más maravillosas de su vida
bajo sus deseos.
Una madre tiene TEMPLE para dar un alto a las imposiciones
de terceros cuando de dar consejos maternales se trata; y mucho más temple
cuando estas personas son allegadas incluso familiares.
Una madre tiene TEMPLE para enfrentar a sus patronos cuando
injustamente le niegan permisos por exámenes médicos o situaciones que merezcan estrictamente estar con sus hijos.
Una madre tiene TEMPLE cuando le toca por cualquier circunstancia
ser madre soltera y no decae en el intento.
Una madre tiene TEMPLE cuando la vida le exige ser luchadora
y enfrentarse contra viento y marea ante la dura y cruel infertilidad, para poder
alcanzar sus sueño.
Una madre tiene TEMPLE cuando le grita al mundo que sus
HIJOS son su prioridad, sin importar lo demás…. A veces incluso ella misma.
Una madre tiene TEMPLE cuando debe afrontar valientemente
los designios de Dios por un embarazo que se le va de las manos y el corazón,
cuando en vez de llegar vida llega la muerte. Y mucho más TEMPLE aun cuando lo
vive dos veces (mi caso) o más (como muchas), y sigue con la bonita ESPERANZA
de volver a ser madre. Esta vez madre terrenal…. Esta vez por más tiempo…
En lo particular mi maternidad y mi temple (ya digo que son
un combo) me han llevado desde la muerte de mi hijo (mi segundo embarazo,
porque “según” el primero fue anembrionario) a un estado de paz inexplicable, a
un estado de comprensión y humanidad, que hoy día me hace luchar, no solo por
sanar mi dolor, sino por ayudar a sanar el de otras madres…. Y para esto mamis…
se necesita mucho TEMPLE.
Preciosa entrada, Elena! Sos una madre muy valiente! Te abrazo fuerte!
ResponderEliminarGracias Pao, esa valentía lleva el nombre de Ignacio. Besos para ti y Muriel
EliminarEres todo un ejemplo de superación, Elena. ¡¡Un abrazo enorme!!
ResponderEliminarGracias Almu. Muy bien recibido el abrazo. Besos para ti!!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarHola linda espero q estwa bien, estas súper perdida... Ni por Instagram un abrazo bendiciones
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